Los buques negreros transportaron con los hombres, mujeres y niños Africanos, sus dioses, creencias y tradiciones, que configuraron: La Tercera Raíz de América.
Esta exposición de carácter didáctico e itinerante tiene como objetivo difundir entre las poblaciones de México y el resto de América Latina, África y Europa, los temas de la esclavitud africana y su impacto económico, social y cultural en la conformación de las naciones y culturas americanas. Hasta el momento, la exposición se ha presentado en distintos lugares del territorio nacional así como en 2002 en la República de Gabón, África, y un año después en República Dominicana.
El comercio trasatlántico de esclavos que duró alrededor de 400 años es uno de los capítulos más trágicos de la historia de la humanidad. Millones de hombres, mujeres y niños africanos fueron capturados, enviados en barcos, vendidos a dueños de plantaciones y otras empresas coloniales y esclavizados por varias generaciones.
La diáspora africana, en tanto que movimiento forzado de millones de seres humanos, fue el mayor traslado de personas que el mundo jamás haya conocido, esta migración que duró casi cuatro siglos cambió el curso de la historia generando un largo proceso de interculturación en el que surgieron nuevas y originales manifestaciones conformadas por pueblos y civilizaciones antes desconocidos. A pesar de ello, gran parte de esta historia aún no ha sido contada. Se le ha dado muy poca atención a la tragedia de la esclavitud, al sufrimiento humano que causó, al racismo que generó y al gran impacto que tuvo sobre tres continentes: América, África y Europa.
La colonización de las Américas y del Caribe se realizó con el trabajo de los africanos. Sus aportaciones en la agricultura, la pesca, la minería, la metalurgia y la medicina tradicional, entre otros conocimientos y habilidades, les permitieron sobrevivir y contribuir al desarrollo de Europa y del entonces llamado Nuevo Mundo. Este testimonio de esfuerzo humano y vigor de los esclavos se refleja en los movimientos de resistencia, en su lucha por la abolición de la trata de esclavos y la emancipación de los esclavizados. No obstante, la conquista de los derechos civiles y políticos de sus descendientes, está lejos de haberse consumado. El estigma de la esclavitud existe aún en sociedades racistas, segregacionistas, y en los sistemas de apartheid, así como en formas modernas de esclavitud tales como el trabajo de niños, la servidumbre, la prostitución y otras formas disimuladas de explotación como la de los migrantes indocumentados en todo el mundo.
La legislación y las instituciones coloniales, las relaciones interétnicas, el mestizaje y el surgimiento de las sociedades de castas, además del exterminio casi total de la población autóctona del Caribe insular, dieron origen a la multiplicidad de mezclas entre indios, blancos y negros. Se calcula que hay actualmente 300 millones de afroamericanos.
En el cimarronaje, el apalencamiento y las rebeliones organizadas, los africanos opusieron resistencia a la esclavitud desde el momento mismo de su captura, en las factorías de las costas africanas, en los barcos negreros, y desde su arribo en todos los espacios a los que fueron destinados. Al triunfar los movimientos libertarios nacen las primeras repúblicas independientes, como fue el caso de Palmares y Haití.
Con una dinámica original, los africanos y sus descendientes aportaron su herencia cultural, tanto en el ámbito de las bellas artes como en el de las culturas populares. Su huella está viva en la música, la rítmica, los cultos mágico-religiosos y en otras manifestaciones culturales que son parte de la identidad de los pueblos afroamericanos.
La exposición consta de 100 láminas con textos e ilustraciones de cada tema.
Coordinación General y Textos: Luz María Martínez Montiel.
Investigación: Juan Pablo Peña Vicenteño, Marco Antonio Pérez Jiménez y Mónica Velasco Molina.
