Seis meses después, durante su cuadragésimo octavo periodo de sesiones, la Asamblea General autorizó la resolución 48/163, proclamando el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo, el cual tendría como meta el fortalecimiento de la cooperación internacional para intentar dar solución a los problemas que enfrenta este sector de la población en ámbitos tales como los derechos humanos, el medio ambiente, el desarrollo, la educación y la salud.
En 2004, poco antes de la conclusión del Decenio, veinticinco líderes indígenas del continente americano se reunieron y elaboraron la Declaración de Tepoztlán, posteriormente a la “Década de los Pueblos Indígenas: Recuento y horizontes”, cónclave que marcó el inicio de un proceso sistemático de evaluación de la iniciativa aprobada en la ONU para el periodo iniciado en 1995.
Enmarcado en este proceso, el Pacto del Pedregal forma parte de un conjunto de proyectos de investigación y actividades de apoyo académico. Es un acuerdo entre la Rectoría de la UNAM –presidida entonces por el Dr. Juan Ramón de la Fuente– y los líderes reunidos en Tepoztlán, el cual renueva y vigoriza la relación Universidad-Pueblos Indígenas mediante los esfuerzos conjuntos del PUIC y la Comisión de Seguimiento.
Uno de estos esfuerzos dio pie a la publicación del Informe de Evaluación del Primer Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo 1995-2004, documento que recoge, en especial para América, la información más relevante del balance internacional, en un significativo esfuerzo de cooperación. Manifiesta también y de manera relevante el propósito de dar un seguimiento riguroso a las actividades del siguiente Decenio y, sobre todo, mostrar la vigencia y justeza de las demandas indígenas en el mundo.