una nueva percepción política en la que los grupos de ciudadanos puedan disentir pero compartir por partes iguales los derroteros de la
nación. De igual forma, es necesario impulsar una política social que apoye decididamente a las mujeres quienes frente a su nueva triple
vulnerabilidad: precarización del empleo, aumento de la violencia contra ellas y sus hijos y el aumento del trabajo doméstico al
retraerse los servicios sociales del Estado.
Comienza por señalar la
pérdida de centralidad de México: por primera vez los desarrollos más importantes no provienen de
México para AL. Por tal motivo, voltea hacia el
surgimiento de una corriente de pensamiento y de acción política en América
Latina: el buen vivir y el estado plurinacional, esta noción proviene de Ecuador y Bolivia, no de México, que
implica una pluralidad de y en la construcción del Estado; es decir; no sólo la fuente indígena participa en esta construcción.
Ante una crisis global tan diversa: cambio climático, crisis por el agua, crisis de producción de alimentos, fin de la era
de la energía barata, crisis financiera mundial, crisis del tiempo;
el bien vivir engloba un conjunto de ideas como
reacción a los conceptos convencionales sobre el desarrollo. Son corrientes de occidente y del mundo indígenas que convergen de manera novedosa: el pluralismo bien entendido.
Hablando del
buen vivir, nos debemos preguntar ¿Cuál es su relación con el desarrollo, el crecimiento, el papel del mercado?
En su conjunto todas estas corrientes que se están articulando constituyen una crítica frente al modo de vida asociado con
occidente en relación con el desarrollo, el crecimiento, la crítica del progreso y el papel del mercado, y pugnan por conformar
nuevas ideas y prácticas en torno a las formas de organización política e institucional, de ahí la referencia a la utopía en
construcción que permite una nueva relación entre el hombre y la naturaleza.
Implica una crítica de la modernidad a partir de una distancia de los enfoques de las culturas híbridas.
El buen vivir
eleva a la naturaleza como sujeto de derecho, no sólo las personas, conformando una innovación universal. No hay universalidad
que no haya sido construida a partir de la particularidad, en concreto la occidental.
El buen vivir es usar el derecho a la
universalización, democratizar los procesos de universalización, con lo que se crea una ruptura paradigmática, e implica una
crítica de la noción antropocéntrica del desarrollo y la modernidad.
De esta forma, no es suficiente intentar desarrollos alternativos, hay que buscar en su lugar alternativas al desarrollo a la
misma noción de progreso.
LA MÁS IMPORTANTE CORRIENTE DE PENSAMIENTO QUE HA BRINDADO AMÉRICA LATINA EN LOS ÚLTIMOS AÑOS EN EL
ÁMBITO DE LA CONSTRUCCIÓN DE NUEVOS SISTEMAS DE RELACIONES SOCIALES Y CON LA NATURALEZA. Esto implica algunos deslindes a
partir de una aclaración conceptual entre multiculturalidad y multiculturalismo.
Esta nueva perspectiva incluye un elemento
fundamental: el proceso de descolonización. Este es un proceso de desmadejar proceso de construcción
del Estado
en tres ámbitos: 1. prácticas sociales: