Universidad Nacional Autónoma de México
Programa de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad
PRESENTACIÓN DEL LIBRO
Documentos fundamentales del indigenismo en México
por José del Val y Carlos Zolla
Presentada en el Recinto Museo del los Pintores Oaxaqueños (MUPO) por Miguel Ángel Rubio y María Luisa Acevedo, la obra constituye un extenso estudio que antecede a la meticulosa selección de textos oficiales que evidencian, por un lado, los debates y disputas para construir una política de asimilación, incorporación o integración de los pueblos indígenas al proyecto de nación y, por otro lado, las diversas iniciativas que motivaron la creación de numerosas instituciones y los programas y proyectos que éstas impulsaron mediante la "acción indigenista".

Es por ello que Documentos fundamentales del indigenismo en México incluye una selección de escritos de autores tales como Manuel Gamio, Moisés Sáenz, Lázaro Cárdenas, Vicente Lombardo Toledano, Gonzalo Aguirre Beltrán, Juan Comas y Arturo Warman, entre otros, así como documentos atribuidos a diferentes instituciones gubernamentales. Su realización tiene como propósito generar un acceso a quien esté interesado en la materia del indigenismo en nuestro país y en América Latina.

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Comentarios al libro
“Documentos fundamentales del indigenismo en México” 1919-2007
Por: José del Val y Carlos Zolla.
Con la colaboración de María Teresa Mejía Manjarrez
UNAM, 2014

María Luisa Acevedo

“Documentos fundamentales del indigenismo en México” es una antología que muchos trabajadores dedicados a temas relacionados con la población indígena de este país estábamos esperando. Por ello me resulta grato tenerlo ya en mis manos y a través de él, el acceso a la que sin duda es una selección muy acertada del material básico para lograr una comprensión amplia de la tarea indigenista que el Estado mexicano puso en marcha a lo largo del siglo XX.

Celebro de manera inicial el impecable trabajo realizado para la redacción de la introducción, porque en ella no sólo se deja muy claro el propósito de la edición de los materiales que incluye, sino porque, además, se ocupa de explicar minuciosamente el proceso que siguió la construcción del indigenismo mexicano, llevando de la mano al lector por un camino que ellos conocen bien en la teoría y en la práctica.

El objetivo específico de la antología que comentamos es, según lo señalan los propios autores:

Ofrecer sistematizados y en una secuencia cronológica aquellos materiales que, a su juicio, constituyen la base argumental, institucional y legal de la política indigenista considerada como uno de los pilares de la política del Estado mexicano postrevolucionario reconociendo que los indígenas constituyen el sector de la población que es el sustento original del carácter multicultural de la nación.

Con su trabajo, Del Val y Zolla, pretenden mostrar la relevancia de la labor de los científicos sociales, que se abocaron a la construcción teórica, política, institucional y programática del indigenismo mexicano desde perspectivas multidisciplinarias para definir los fundamentos de la acción gubernamental dirigida a la población indígena.

Los documentos compilados ofrecen, a juicio de los autores, la base argumental, institucional y legal de la política indigenista del estado mexicano y son presentados en una secuencia cronológica que permite mostrar cómo dichas políticas y estrategias se fueron forjando progresivamente tanto en el orden conceptual como en el de la construcción institucional que se materializa en proyectos específicos que evidencian tanto el desarrollo como las contradicciones que resultaron de las políticas de Estado al confrontarse con las realidades de los pueblos indígenas.

Este trabajo, aclaran los autores, no es una historia del indigenismo, sino que está elaborado a partir del reconocimiento de una herencia indicativa de los vínculos entre una teoría, una política y una programática o modelo para la acción indigenista.

La elaboración de esta teoría indigenista problematizó las ideas de cultura, etnicidad e identidad: revisó la historia de la población india y de los intentos para su redención, así como el proceso de la forja revolucionaria de la nueva nación analizando el papel que debía jugar el Estado, e incluso se detuvo en el cuestionamiento de las teorías sociales aplicables al tema de los estados multiétnicos.

Los 39 documentos seleccionados constituyen hitos en la construcción categorial del indigenismo y sus repercusiones en las políticas de Estado, pues el desarrollo institucional se desenvolvió con una diversidad y una intensidad notablemente complejas, como lo demuestra el elevado número de departamentos, direcciones, institutos y programas que establecieron las distintas administraciones para solucionar el problema indígena. (En el libro se mencionan 59 instituciones y 50 acciones de antropología social aplicada).

Esta tarea indigenista implicó una acalorada discusión sobre si la meta a alcanzar sería la asimilación, la conservación, la incorporación o la integración de los indígenas al nuevo proyecto de nación, seguida de otra relativa a los programas e instituciones que deberían crearse para impulsar la política indigenista. En esta discusión participó una larga lista de intelectuales de la época como Manuel Gamio, Othón de Mendizábal, Moisés Sáenz, Luis Chávez Orozco, Narciso Bassols, Alfonso Caso, Wigberto Jiménez Moreno, Mauricio Swadesh, Ricardo Pozas, Gonzalo Aguirre Beltrán y muchos más que sería muy largo mencionar.

El indigenismo mexicano estaba asociado a la idea seminal de la diversidad cultural y de la interculturalidad vistos como elementos fundamentales del carácter histórico y contemporáneo de la condición multicultural de la sociedad mexicana y de las relaciones interculturales, subrayando el carácter desigual y asimétrico de la relación intercultural claramente visible en las regiones de refugio.

El indigenismo postrevolucionario se planteó entonces:

  1. La formulación de una política de Estado para los pueblos indígenas.

  2. La construcción de un nuevo orden político institucional para México.

  3. La reorientación de las ciencias sociales para “la comprensión científica del problema indígena”.

  4. El establecimiento de un orden aplicado por la impronta de la llamada acción indigenista.

  5. La conciencia de una gesta que implicaba la redención de los indios a partir de los postulados de la Revolución.
El indigenismo mexicano es, entonces, una teoría, una política y una programática para la acción generada e instaurada en el siglo XX, a partir del proceso revolucionario, pues su gestación fue considerada como un acto de justicia hacia la población originaria y como un medio para abatir los problemas ancestrales de dichos pueblos y facilitar su propio desarrollo.

Es innegable que hubo una preocupación constante del indigenismo por vincular estrechamente la reflexión y producción teóricas, la política y el desarrollo de programas y proyectos aplicados hacia la consolidación del nuevo Estado nacional. Con ello surgió la necesidad de crear una nueva política de Estado para eliminar la inequidad que padecían estos pueblos, pero reconociendo al mismo tiempo el derecho de cada uno de ellos a mantener la diferencia.

Cabe mencionar que el indigenismo mexicano no desarrolló una política homogénea derivada de un modelo invariable aplicado uniformemente a lo largo de más de medio siglo, ni tuvo los recursos para llevar a la práctica su ideario fundamental ante circunstancias diversas y no pocas veces contradictorias. Un ejemplo puede tomarse de la idea de castellanizar a todos los indígenas y eliminar el uso de las lenguas vernáculas que despertó un torrente de opiniones vertidas desde los más variados sectores de la sociedad y, particularmente, por los etnólogos y los antropólogos sociales.

Puede decirse, con Andrés Medina, que la historia de la política indigenista está llena de vicisitudes y de un crecimiento que alcanza su clímax en los años 70 para luego iniciar su declinación en 1977 con la creación de Coplamar, institución que subsume a los pueblos indios bajo la etiqueta de “marginados”. Hacia 1982 se inicia la clara decadencia del indigenismo con la definición y aplicación de las orientaciones neoliberales del Salinismo y la modificación del Artículo 4º Constitucional. Además, a raíz del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y del crecimiento de las organizaciones indígenas, ocurre la quiebra conceptual, política y práctica del indigenismo, pues los indígenas asumen una nueva posición como actores interesados en su futuro y entablan una lucha directa en busca de su reivindicación como pueblos originales capaces de dirigir sus propios destinos de acuerdo con sus patrones culturales, lo que constituye una clara expresión de que el indigenismo gubernamental ya no tiene sentido, pues los antiguos sujetos de su acción institucional, reclaman su derecho a la autogestión.

Es importante reconocer, sin embargo, que en este proceso de maduración de las comunidades indígenas, el INI jugó un papel fundamental toda vez que los procesos organizativos y el traspaso de funciones a las comunidades y sus grupos organizados en aspectos tales como la producción, la cultura, la salud y la defensa de los derechos fue promovida por la institución al reconocerse México como una nación plural en la que las comunidades indias pueden ser sujeto de su propia recuperación dentro del Estado mexicano.

Expresado lo anterior, sólo me resta invitar a los aquí presentes a adquirir este volumen que no sólo contiene documentos que explican los postulados del indigenismo en México, sino que a través de ellos nos ayudan a transitar en la historia que nos permite entender el proceso por el cual dicho indigenismo dejó de ser una política de estado para convertirse en un proyecto de acción de los propios indígenas, quienes desde condición étnica y cultural específica han aprendido a desarrollarse en una sociedad multicultural, en la que cada grupo reivindica su derecho a mantener y desarrollar su propia cultura.